Leyenda de Cantuña

Leyenda de Cantuña y su pacto con el diablo

Según los habitantes de Quito, la leyenda de Cantuña es la primera historia mítica del Ecuador.

Esta es una de las leyendas más conocidas del país y en él se ve cómo las habilidades audaces de un indígena le salvan su vida de las garras del demonio.

Muchos dicen que el mito tiene su origen en el centro quiteño, dónde también se lo conoce como la leyenda del atrio de San Francisco.

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Cantuña y su pacto con el diablo

Este relato cuenta la historia de Cantuña, un indígena famoso por su habilidad en la construcción y por ser descendiente cercano del conocido guerrero Rumiñahui.

La historia sucede cuando los padres de la Iglesia de San Francisco de Quito le encargan el trabajo de construir el atrio de la iglesia.

El pago era muy bueno, una suma considerable, la cual recibiría cuando cumpliera el plazo acordado de seis meses.Si no terminaba la construcción en ese periodo, no le pagarían ni un centavo.

Cantuña comienza la labor con mucho entusiasmo, pero era una tarea bastante difícil. Pasa el tiempo y la obra no estaba concluida, por eso al ver que el plazo se acercaba a su fin, le invade la preocupación y desesperación.

Su gran sufrimiento llega a oídos del Diablo, quien decide presentarse ante él para ofrecerle su ayuda construyendo el atrio antes del amanecer, solo que la única condición sería que a cambio le entregaría su alma como recompensa.

El indio acepta, pero le impone la regla de que deberá concluir las obras lo más rápido posible y de que todas las piedras sean colocadas sin que sobre alguna.

Lucifer accede y con la ayuda de sus diablillos avanza rápidamente, colocando cada piedra en su lugar. Fueron tan acelerados los trabajos que el atrio estuvo listo a la media noche.

Entonces el Diablo se prepara para recibir su paga; ahí es cuando Cantuña lo detiene y le dice que había incumplido con el trato porque no colocó hasta la última piedra de la construcción.

Resulta que antes de que los ayudantes del Diablo comenzarán con la tarea, él ingeniosamente grabó en una de las piedras que quien la tocara le daría reconocimiento solo a Dios.

Durante la noche, los demonios que hicieron el trabajo no pudieron terminarlo porque no pudieron tocar la piedra grabada.

Así que, Lucifer impresionado ante tal engaño por un simple mortal, se va nuevamente al infierno sin su recompensa.

De esta manera, Cantuña salva su alma.

¿Cuál es la iglesia de la leyenda?

La capilla de Cantuña se ubica en el extremo sur de la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito.

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En siglos pasados, ahí asistían únicamente los indígenas, pero no era conocida como la capilla de Cantuña, sino como Capilla de la Vera Cruz.

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Capilla de Cantuña en Quito
Capilla de Cantuña en Quito

¿Quién fue en realidad cantuña?

Pablo Boada, director de investigaciones de la Fundación Quito Eterno, cuenta que Francisco Cantuña fue un herrero que en el año de 1766 donó dinero para restaurar la Capilla de la Vera Cruz.

También había comprado un espacio para ser enterrado ahí, algo que sólo hacían quienes tenían mucho dinero y propiedades.

Se dice que a partir de eso se pudo haber creado la leyenda, pues por aquellos tiempos (siglo 18) no era común que un indígena tenga mucho dinero.

Además, según se relata en el libro «La Historia del Reino de Quito», Cantuña fue el hijo de un general de Rumiñahui que sabía donde estaba el tesoro de Atahualpa.

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Fuente: www.elcomercio.com

Redaccion RED ECUADOR

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